A Willow le queda claro que sus padres están escondiendo algo. Después de un intento fallido de hacer que su madre se sincere, la curiosidad de Willow se despierta y decide hacer algo al respecto. La siguiente vez que su padre y su madre salen en la camioneta, los sigue, adentrándose en el bosque... Va con cuidado detrás de ellos, cada vez más adentro de los densos árboles, cada vez más lejos de la civilización. Finalmente llega a unas ruinas, con grandes ladrillos desmoronándose y una gran puerta de hierro. Trepa y mira a través de un hueco en la pared. Su rostro se pone blanco, su respiración comienza a entrecortarse, su garganta se cierra; mira a su alrededor presa del pánico, necesita su tanque de oxígeno, pero está en lo profundo del bosque y lejos de casa. Jadea y grita, alertando a Imogen de su presencia. Imogen reacciona corriendo de vuelta hacia la granja. Lo que Willow ha visto pesa mucho sobre la familia, y Waylon en un intento desesperado por mantener a salvo a su nieta, termina en una disputa familiar en la que a Waylon se le ordena abandonar la granja. Noah decide sincerarse con su hija. A través de la emotiva revelación de Noah, Willow se da cuenta de que el verdadero monstruo del que se esconden es él. A pesar de los mejores esfuerzos de Noah e Imogen, sucede lo inevitable e Imogen, Willow y Waylon deben correr por sus vidas antes de que Willow se vea obligada a hacer lo que su madre nunca pudo.