lectura para la poesía de Gabriela Mistral
Lina Meruane selecciona, reordena con atrevimiento y prologa a la Premio Nobel de Literatura, permitiendo leer de nuevos modos una poesía que ostenta el rango de lo clásico. «La poesía dialogante de la Mistral reniega del poder del territorio, entabla una relación fluida con la tierra y nos deja como legado la posibilidad de acabar con los viejos modelos de sociedad», dice Meruane en su prólogo.
Y en efecto aquí vemos cómo la rebeldía, la extranjería, la incomodidad y la aspereza son los ejes de una poética singular, poderosa, que no sólo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha sabido dejarse leer de distintos modos.
Gabriela Mistral, una de las grandes poetas del siglo xx, nació en Vicuña, Chile, en 1889 y murió en New York en 1957. Obtuvo, entre otros reconocimientos, el Premio Nobel de Literatura en 1945 y el Premio Nacional de Literatura en 1951.
En poesía publicó Desolación (1922), Ternura (1924), Tala (1938) y Lagar (1954). Póstumamente aparecieron Poema de Chile (1967) y Almácigo (2016), entre otros.
Fue también una prosista cuya importancia es redescubierta crecientemente. En esa línea, Lumen ha publicado Niña errante, su correspondencia con Doris Dana, y Caminando se siembra, conjunto de prosas inéditas.