Francisca, una vendedora ambulante de mariscos, nunca imaginó que aquella mañana en el muelle encontraría algo que anhelaba desde tiempo atrás y que la vida le negaba; un bebé, que enredado en periódicos, lloraba al pie de un tambo de basura junto a un barco oxidado en el muelle donde la joven mujer compraba mariscos a don Javier, un atractivo pescador enamorado perdidamente de ella. Francisca enfrentará al mismo mar rabioso que ha arrastrado todo lo que algún día ha amado.