sobre el hombre rico y el mendigo, en la que se revela el lamentable estado de los condenados: sus gritos y sus deseos en sus angustias, con el decidido juicio de Dios sobre ellos. Una buena palabra de advertencia para los pecadores, tanto viejos como jóvenes, para que busquen la salvación por la fe en Jesucristo, para que no lleguen al mismo lugar de tormento.