Decidida a ser fría como la brisa del Atlántico, Megan enterró sus pasiones y juró que nunca más dejaría que su corazón la llevara por el mal camino. Pero cuando el capitán de barco Nathaniel Fury puso rumbo hacia ella, ni siquiera los recelos y temores de Megan pudieron detenerlo.
La mujer práctica parecía destinada a ser arrastrada por el formidable encanto del marinero...