Nuestro protagonista, alrededor del cual se teje esta red de afinidades y desencuentros, es Ax, un alter ego del autor, despachador empleado en una estación de servicio sin más perspectiva que emborracharse y tratar de ligar, y sin más proyecto de futuro que el sobreponerse a las convenciones que le asedian. Toda la novela perfila esa huída, ese rechazo visceral del mundo de los adultos, un mundo que se le hace soporífero, triste y previsible. Ante esa realidad decadente y podrida, Ax vacila entre dejarse arrastrar por el exceso: de drogas, de sexo, de crueldad y de violencia; consciente de cómo su vida y las de sus amigos de juerga se deslizan peligrosamente hacia el vacío, o bien refugiarse en el trabajo, en la familia, en el amor de una chica y en una vida que intuye, con pavor, segura, pero también convencional y anodina.
Será sobre este dilema vital sobre el que Arturo Accio nos construya una historia donde, a pesar de la crudeza, uno no puede menos que emocionarse, identificarse inmediatamente con su protagonista y seguirlo hasta el final compartiendo con él polvos, subidones, golpes y borracheras que, a pesar de todo, están resueltas con la misma ternura, contradictoria y rebelde, con que está escrita esta novela, una ternura que nos habla de un alma en construcción y muchas vías muertas por las que uno debe decidir hasta dónde quiere adentrarse.
Antonio Orihuela
Arturo Accio
Guadalajara, Jalisco, México. 1975. Activista literario, escritor crudo y atemporal. Simbolo de la next generation y la cultura independiente, con un sinnúmero de presentaciones en todo tipo de foros.
Ha publicado en España, Portugal, Estados Unidos, Francia, Argentina, Ecuador, Perú, República Dominicana y, por supuesto, México.