A menudo, la expectativa es que, al capitalizar sus logros, eventualmente pueda alcanzar una etapa en la que sus logros y prosperidad le garanticen un nivel específico de satisfacción.
Como pronto se dará cuenta, no es exactamente así como funciona. Contrariamente a la creencia popular, la felicidad no es sólo un subproducto de tus esfuerzos, sino más bien un recurso valioso que puede utilizarse para mejorar tu rendimiento y tu bienestar general.
La psicología convencional analiza el promedio: ¿los individuos experimentan menos satisfacción que el promedio? ¿Se siente menos satisfecho de lo habitual? Si este es el caso, la psicología tradicional se esfuerza por elevar a los individuos al grado estándar comúnmente aceptado de felicidad o satisfacción.
Además, la psicología convencional enfatiza principalmente los aspectos negativos, investigando los factores que hacen que los individuos se desempeñen por debajo del promedio, en lugar de examinar los factores que les permiten superarlo.
Sin embargo, la desventaja de este método es que nuestra fijación por los promedios obstaculiza nuestra capacidad de superar la mediocridad y alcanzar la excelencia.
Al centrarse únicamente en resolver sus debilidades, no aprovecha las oportunidades para sobresalir más allá del promedio.