Leer la Gitanilla, como cualquiera de las novelas ejemplares, con la seguridad de que se entrar├б a una ficci├│n amena, v├нvida y de movimiento siempre seguro y entretenido, que por a├▒adidura va revelando, como los sabores que deja el vino en la boca una vez bebido, m├бs y m├бs recursos, como im├бgenes, ideas y citas, que van enriqueciendo la lectura superficial y dotan de esa vida densa, sugerente y excepcional a casi todo el material cervantino, fuente inagotable de ense├▒anzas sencillas.