Siempre viene un momento a nosotros de revelación o inspiración. Es un momento en el que sabemos y sentimos lo que nuestras vidas deben ser, y el abandonarlo o perseguirlo es nuestra opción.
Por cuatro años, Neshahi ha estado persiguiendo su revelación. Por cuatro años, se le ha tentado a abandonarlo, y vivir la vida que otros quieren que viva.
Hasta que conoce a Er, claro. En él, ella ve a un guerrero que tal vez sea lo suficientemente capaz de cumplir sus expectativas. En él quizás esté esa chispa que logre encender su convicción, y le permita vivir la vida que ella quiere vivir.