Lady Katrine de Gravere accediÃŗ a su pesar a dar cobijo a aquel misterioso y seductor comerciante. A cambio recibirÃa lana suficiente para llenar sus telares.Durmiendo bajo el mismo techo, siempre con la tentaciÃŗn de acariciar su cabello rojo como el fuego, Renard se preguntaba si aquella inocente tejedora sospecharÃa cuÃĄles eran los verdaderos motivos por los que estaba allÃ. En una ciudad en la que nadie parecÃa ser quien era en realidad, Katrine le hacÃa desear cosas prohibidas para Êl. Pero, ÂŋpodÃa confiar en que ella no lo traicionara?