En la Carolina del Sur de 1924, apenas recuperada de una terrible plaga que ha devastado tanto la tierra como la economÃa, entre pantanos infestados de caimanes y plantaciones de tabaco, tres mujeres muy distintas unirÃĄn sus destinos para luchar contra las injusticias cotidianas que atenazan sus vidas.
Gertrude, blanca y pobre, tiene que tomar una decisiÃŗn trascendental y trÃĄgica para no morir a manos de su marido maltratador y salvar a sus hijas del hambre y el paludismo. Retta pertenece a la primera generaciÃŗn de descendientes de esclavos negros nacida libre, pero sigue trabajando para la misma familia, los Cole, que hasta hace poco fue propietaria de sus padres. Annie, la matriarca de los Cole, dueÃąos de inmensas plantaciones y de una fÃĄbrica textil, tiene que lidiar con la terrible verdad que ha fragmentado a su familia.
Contada a travÊs de sus tres voces, Hijas del Sur es una audaz novela atemporal sobre el poder de la familia, los secretos ocultos y la fiereza de la maternidad, narrada con una gran fuerza lÃrica y una hondura emocional que cautivarÃĄ a los fans de Criadas y seÃąoras, El color pÃērpura o Tomates verdes fritos.
"Con una escritura rica y fascinante, el debut de Deb Spera es una mirada poderosa a las vidas de las mujeres del Sur profundo de principios del siglo xx".
Booklist
"Deb Spera posee un talento increÃble y una poderosa voz femenina. Canaliza a las mujeres en esta apasionante novela, Gertrude, Oretta y Annie, como alguien que ha vivido dentro de ellas. No puedo recomendarlo lo suficiente".
Mark Bowden, autor Black Hawk derribado
Esta es una novela contundente, robusta, profunda y letal con la pereza del lector. Este relato mezcla el amor salvaje de una madre con la brutalidad de los hombres, con el peligro del entorno y el dolor que te lleva a buscar desesperadamente la felicidad. El hambre que mata, el dolor por estar vivo y los fantasmas, forman una amalgama de la que ningÃēn personaje es capaz de escapar. "Hijas del sur" es una de las novelas del aÃąo; por su intensidad, por su carga emocional y por contener un universo que nos atrae irremediablemente.
Gabriel Ramirez, El Correo