DetrÃĄs de los retratos de Frida Kahlo se ocultan tanto la historia de su vida como la de su obra. Es precisamente esta combinaciÃŗn la que atrae al espectador. La obra de Frida es un testimonio de su vida. Pocas veces se puede aprender tanto acerca de un artista con sÃŗlo contemplar lo que Êl inscribe dentro del marco de sus cuadros. Frida Kahlo es sin lugar a dudas la ofrenda de MÊxico a la historia del arte. TenÃa apenas dieciocho aÃąos cuando un terrible accidente cambiÃŗ su vida para siempre, dejÃĄndola discapacitada y agobiada de un dolor fÃsico permanente. Pero su carÃĄcter explosivo, su fÊrrea determinaciÃŗn y su inquebrantable ahÃnco la ayudaron a formar su talento artÃstico. A su lado estuvo siempre el gran pintor y muralista mexicano Diego Rivera, cuyo obsesivo donjuanismo no le impidiÃŗ a Frida conquistarlo con sus encantos, su talento y su inteligencia. Ella aprendiÃŗ rÃĄpidamente a aprovechar el Êxito de su compaÃąero para explorar el mundo, creando asà su propio legado y rodeÃĄndose con gran esmero de un muy estrecho grupo de amigos. Su vida personal fue turbulenta: muchas veces dejÃŗ de lado su relaciÃŗn con Diego mientras cultivaba sus relaciones amorosas con personas de ambos sexos. Pese a esto, Frida y Diego lograron salvar su deteriorado idilio. La historia y las pinturas que Frida nos dejÃŗ revelan el valiente relato de una mujer en constante bÃēsqueda de sà misma.