La vibrante artista Frankie se quedó perpleja cuando el enigmático desconocido al que había entregado su inocencia reapareció en su vida. Sus caricias habían sido embriagadoras, sus besos, pura magia... y su relación había tenido consecuencias que Frankie no había podido comunicar a Matt porque había sido imposible localizarlo. Pero no se esperaba recibir una sorpresa aún mayor: ¡Matt era en realidad el rey Matthias! Y, para reclamar a su heredero, le exigía que se convirtiera en su reina.