Nacemos inocentes. Sin emociones mezcladas, sin dudas, sin miedos, sin mentiras. Llegamos para descubrir, luminosos y coherentes. Vulnerables pero abiertos al mundo, animados por una curiosidad rotunda y radical, dotados de la pasión por vivir. Es entonces cuando comienza la búsqueda del sentido en una realidad diaria de luces y de sombras donde nos asaltan el amor, el miedo, la tristeza o la tentación. Cómo nos enfrentemos a estas etapas cruciales, desde la inocencia o desde la rigidez, determinará el tejido de nuestra existencia, de cada emoción, de cada gesto, de cada pensamiento.
La crítica ha dicho...
«Una obra bellísima, extraordinaria, transformadora. Rigor, poesía y lucidez trenzados en un libro tan necesario como inspirador. Gracias, Elsa.»
Alex Rovira
«He disfrutado y aprendido con este trabajo que tiene un pulso tan fino y una penetración clarividente. Hace pensar, obliga a detenerse, preguntarse, tomar notas. Gracias por esta aportación tan necesaria, sensible, sentida e inteligente.»
Javier Urra
«Forma práctica de transformar las obligaciones y los miedos en una celebración diaria.»
La Vanguardia
Elsa Punset se licenció en Filosofía y Letras y es máster en Humanidades por la Universidad de Oxford, en Inglaterra. Es también máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y máster en Educación Secundaria por la Universidad Camilo José Cela (UCJC).
Colabora habitualmente en distintos medios de comunicación, imparte conferencias y dirige el Laboratorio de Aprendizaje Social y Emocional, desde el que trabaja en la aplicación de la inteligencia emocional en los procesos de toma de decisiones y de aprendizaje de niños y adultos.
Es autora de Brújula para navegantes emocionales (2008), Inocencia radical (2009), Una mochila para el universo (2012), editado en 14 países, El león jardinero (2012) y El mundo en tus manos (2014), así como de la colección de cuentos infantiles protagonizados por Los Atrevidos, «El taller de las emociones», publicada por Beascoa y dirigida a ayudar a los niños a conocer y manejar sus propias emociones, algo imprescindible para crecer feliz.