Sir Douglas Drury habĂa servido como espĂa durante la guerra contra NapoleĂłn, y tenĂa suficientes cicatrices y enemigos como para demostrarlo. Por eso, cuando fue atacado en un callejĂłn de Londres, le resultĂł difĂcil mostrarse agradecido al descubrir que su salvador no sĂłlo era una mujer, sino que, además, era francesa.Juliette Bergerine habĂa aprendido a mantenerse siempre a salvo evitando llamar la atenciĂłn, pero, de pronto, su vida estaba en peligro, lo que la obligĂł a refugiarse junto a Drury en una de las mansiones de Mayfair. AllĂ, aquel hombre cĂnico y malhumorado demostrarĂa ser una irresistible tentaciĂłn.