Una apuesta entre los dos socios propietarios de la agencia, hizo que uno de ellos fuera su nuevo «amigo».
Max almorzaba con ella, la acompañaba de compras, escuchaba sus problemas. ¡El hombre perfecto!
Pero Sarina quería que fueran más que amigos. Pero, ¿cómo lograrlo? ¿Despidiendo a Max... o subiéndole el sueldo?