Aunque muchos de nosotros tenemos la esperanza de acumular riqueza y lograr la autonomía económica, esto no es suficiente para acercarnos a realizar nuestras ambiciones por nuestra cuenta.
Si queremos vivir la vida de nuestros sueños y volvernos ricos, lo primero que debemos hacer es identificar un deseo ardiente que existe dentro de nosotros.
Por ejemplo, incluso después de más de 10.000 experimentos fallidos, no se pudo disuadir a Thomas Edison de su objetivo de descubrir una fuente de luz eléctrica.
Persistió en sus esfuerzos.
En pocas palabras, lo que lo impulsó fue la ambición de hacer lo que siempre había imaginado para sí mismo.
Y, después de muchos años trabajando en ello, finalmente lo logró cuando inventó la bombilla.
Por lo tanto, es vital para aquellos de nosotros que queremos tener éxito investigar la mentalidad que aportamos al proceso de establecer nuestras metas y objetivos.
¿Cuáles son nuestros pensamientos acerca de nuestras ambiciones y deseos?
¿No son más que castillos en las nubes?
¿O tenemos un deseo ardiente que es lo suficientemente fuerte como para algún día hacerlos realidad?