El siglo XVIII es un perÃodo estÃĐril de la pintura espaÃąola, salvo la gran figura de Goya, el ÂŦmonstruoÂŧ, que va a llenar con su obra genial un gran vacÃo de cien aÃąos. Este hecho, repetido y confirmado por cien autores diferentes, es un poco extraÃąo y hubiera debido despertar la curiosidad de los investigadores en bÚsqueda de las razones que lo hicieron posible. No ha sido asÃ, sin embargo, y debemos contentarnos con las cuatro explicaciones tÃģpicas: cansancio de nuestro espÃritu creador, influencia de la dinastÃa borbÃģnica y del extranjerismo que trae consigo, directrices de la Academia de San Fernando, creada a mediados de siglo, etc..
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