El Anticristo, la última obra que empieza a ser escrita por Friedrich Nietzsche antes de su derrumbamiento final en 1888, no es, como ha podido parecer, un simple testamento de un gran filósofo próximo a la locura. Se trata más bien de la coherente culminación de un pensamiento comprometido con la crítica de los cimientos cristianos de la cultura occidental, así como de un descarnado alegato por una nueva transvaloración de los valores. En todo caso, un ensayo polémico, actual en pleno siglo XXI, que invita al lector a indagar y sigue dando que hablar y que pensar en un tiempo de encrucijada como el nuestro.
La fuerza, la libertad nacida en la fuerza y plenitud del espíritu, se prueba por el escepticismo. Los hombres de convicción no cuentan para las cuestiones fundamentales de valor. Las convicciones son cárceles.
Friedrich Wilhelm Nietzsche (Röcken, 1844-Weimar, 1900) fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, cuya obra ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento europeo y en la cultura, y como tal ha sido reconocido como figura significativa en la filosofía contemporánea, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX. En especial dejó su huella en los filósofos existencialistas, teóricos críticos, fenomenológicos, postestructuralistas y posmodernos, así como en la sociología de Max Weber. Su talento creador está definido por su particular estilo y la sutileza al escribir.
Es considerado uno de los tres «maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.
La temática escogida en su trabajo intelectual fue muy diverso con disciplinas tan distintas como el arte, la filología, la música, la historia, la religión y la ciencia.