Este cuento de Louisa May Alcott trata sobre Johnny habitaba en una callejuela que surgía de una de las calles más transitadas de la ciudad; una calle bulliciosa, donde tintineaban las campanillas de los tranvías tirados por caballos y los ómnibus iban y venían todo el día desde varios grandes depósitos cercanos. La calleja era incolora, con sólo dos o tres casas destartaladas y un alto muro liso al fondo.