Reconociendo el Tiempo del Fin

La obra complementaria de los trabajos literarios de Project Magen, orientados a la obra de Jesucristo, denominada “Reconociendo el Tiempo del Fin”, resume y complementa nuestra obra anterior, “Armagedón, Encuentros Cercanos en la Quinta Fase”, y añade material bíblico nuevo, concerniente al evangelio de Cristo, y sobre teorías de la conspiración.

Como apertura al tema en cuestión toco ciertos apartes relacionados con “Armagedón E-5 (Encuentros Cercanos en la Quinta Fase)”, pues son de vital importancia para tratar todo aquello que ahonda en la escatología, las teorías finmundistas y el milenarismo, aunque sean parte del género de la teoría de la conspiración –lo cual no lo hace carente de relevancia. Este libro resume grandemente la instrucción potencial para conocer y saber exponer cómo se desarrollarán los eventos ligados al Fin de los Tiempos, que, empero, estamos viviendo ya en nuestros días. Si bien, mencionar los eventos del Fin del Mundo, o sistema de Satán reinante en nuestro orbe, es tratar la reseña importante que el arcángel Gabriel dio al profeta Daniel en Babilonia, pues ahí se resumía la estructura inicial.

Parte de las 70 “conjuraciones” reveladas a Daniel citaban una “última semana”, cuyo desarrollo fue apenas dado a conocer a finales del siglo I, en la isla griega de Patmos, al apóstol Juan. En este capítulo sobre “La Semana” resumo el libro de Apocalipsis, dejando al estudiante el trabajo fácil para su propia investigación. Seguidamente trato otro asunto que nos compete hoy, que son las Señales del Fin y el Arrebatamiento, luego englobo el problema planetario que se vivirá con el Armagedón y el imperio dictatorial de la Bestia.

También trato el asunto de los creyentes, dónde estarán, quiénes participarán de las Bodas del Cordero, qué pasa con los que se quedan y cómo se hace parte de los invitados a la Cenas, una interrogante que voy aclarando con el pasar de mis últimos libros. Aquí también hablo de la Nueva Jerusalén y el Milenio Mesiánico, que darán lugar al futuro Juicio Final.

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Es un secreto a grandes voces que el Grupo Bilderberg, el Concejo de Relaciones Exteriores, la Comisión Trilateral y el Comité de los 300 llevan décadas moldeando un Nuevo Orden Mundial en cuya cabeza quieren poner a un solo hombre, para que lidere a toda la Tierra, una Tierra que estaría unificada bajo un solo estamento militar, una única bandera, una sola moneda –ya virtual- y controlada férreamente por satélite (control total de la población gracias a la tecnología). Aunque todo esto ya se esgrime de un sinnúmero de profecías como las del libro de Apocalipsis, no es exactamente un tema de vaticinios escritos en papel hace cientos o miles de años, sino un hecho fehaciente que se viene materializando desde hace casi 100 años y al cual le quedan pocos años para completarse.

El que los oficiales militares de los EE.UU. tengan chips implantados, que el Congreso de los EE.UU., en pleno, haya aprobado la ley de Barak Obama de la ley de privatización de la Seguridad Social para cierto área de norteamericanos -facilitándoles un microprocesador de implantación en la mano derecha- o que países en Suramérica ya estén organizándose para un cercano sistema monetario e identificativo por medio de un nano-chip, es sólo el principio para la unificación global y el control totalitario de la humanidad.

El derrocamiento de los gobiernos del Cercano Oriente no es más que un plan ya ideado con antelación por las personas más poderosas de la Tierra escondidas en Europa y los EE.UU., pues quieren hacer su propio mundo “mesiánico” –en el que a Jesucristo no se le incluye- y estableciéndolo en medio del mundo musulmán, lo cual sería también un paraíso para el tráfico de opio desde Afganistán y de petróleo desde Irak. De los países que era necesario manejar estaban primeramente Egipto, Siria, Irak, Jordania e Irán. La suma de Afganistán y Libia solo mejora los objetivos de esta élite satánica. Mientras el rey de Jordania sea aliado de Israel no tiene porqué ser un problema, pero Europa y EE.UU. sólo esperan dar un par de pasos para mover sus fichas hacia Siria e Irán y así definitivamente controlar todo el Caspio y que su agenda se cumpla debidamente.