Randolph Carter descubre, a la edad de 30 años, que poco a poco ha perdido "la llave de la puerta de los sueños". Randolph alguna vez creyó que la vida está compuesta de nada más que imágenes en la memoria, ya sean de la vida real o de los sueños. Él prefiere sus románticos sueños nocturnos de lugares y seres fantásticos, como un antídoto para el "prosaísmo de la vida". Él cree que sus sueños revelan las verdades que las ideas vigiles del hombre no pueden, con respecto al propósito de los seres humanos y del universo, y primordial entre estas la verdad de la belleza según lo percibido e inventado por los seres humanos en épocas pasadas. Sin embargo, y a medida que envejece, encuentra que su exposición diaria de vigilia a las ideas más "prácticas" y "científicas" del hombre han erosionado su capacidad de soñar como lo hizo una vez, y lo ha hecho a regañadientes. Pero aun sin estar estar seguro de qué mundo es más cierto, se propone determinar si las ideas de la vigilia del hombre son superiores a sus sueños, y en el proceso, pasa por varias posiciones filosóficas insatisfactorias.
Beletristika i književnost