En la antigüedad los “defectos de carácter” se definían como pecados capitales. Se dice que en todo ser humano son tres de siete lo que le resaltan. La pregunta es ¿cómo identificarlos?
Todo ser humano en su imperfección contiene defectos a veces difíciles de identificar sobre todo cuando está presente la soberbia. En la medida en que el defecto persiste, los hombres nos engañamos y por no reconocer nuestras debilidades sufrimos.
Resulta muy difícil desnudarse y enfrentarse a un espejo que nos permita observar nuestras imperfecciones. Si la calvicie se acentúa, acudimos más pronto que tarde a adquirir un bisoñé.