Los cuentos de un escritor esencial en la tradición literaria francesa y europea, imprescindibles.
Traducción de José Ramón Monreal
Selección de Marie-Helène Badoux
El portentoso talento de Maupassant, discípulo literario de Flaubert y miembro relevante del grupo de jóvenes escritores naturalistas que se formó alrededor de Zola, encontró su forma ideal en el cuento, género que consolidó y renovó, y en el que no tiene rival. Realista, romántico, fantasmagórico, terrorífico, fantástico o poético, Maupassant transitó en sus cuentos por todos los caminos de la imaginación.
La presente edición recoge los relatos esenciales de su narrativa e incorpora muchas piezas que habían circulado poco o nada en nuestro idioma.
La crítica ha dicho...
«Estos Cuentos esenciales proporcionan un placer tan seguro como desasosegante.»
Manuel Hidalgo, El Mundo
Guy de Maupassant (1850-1893) nació en el castillo de Miromesnil, en el seno de una ennoblecida familia normanda. De la mano de Flaubert, amigo de su madre, conoció en París a la sociedad literaria del momento; fue funcionario y periodista, y en 1880 publicó su cuento «Bola de sebo» en el volumen colectivo Las veladas de Médan, piedra fundacional del movimiento naturalista. Otros cuentos como los contenidos en La casa Tellier (1881) o Mademoiselle Fifi (1882) lo acreditaron como uno de los maestros del género, de modo que cuando en 1883 salió a la luz su primera novela, Una vida, ya era un escritor famoso. A esta novela siguieron otras de la talla de Bel Ami (1885), Mont-Oriol (1887), Pierre y Jean (1888) o Fuerte como la muerte (1889). Murió en París víctima de una enfermedad hereditaria que lo llevó a la locura.